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Transición energética
La transición energética hace referencia al agregado de los cambios en los sistemas de producción, distribución y consumo de todo tipo de energías con el fin de evitar realizar emisiones dañinas para el medio ambiente.
La transición energética provoca las siguientes consecuencias:
Reducción de la huella de carbono
La consecuencia principal de la transición energética no es otra que la reducción de las emisiones de carbono que se realizaban mediante la producción, distribución y consumo de las fuentes energéticas tradicionales.
Consecuentemente, existe una mayor demanda de energías renovables y sostenibles frente a una reducción en la demanda de las energías tradicionales.
Reducción de costes energéticos
En la medida en la que las energías renovables requieran, en el medio plazo, menores costes de inversión que las energías tradicionales por parte de las empresas, la transición energética proporcionará la oportunidad de reducir los costes de producción.
De esta manera, si los costes de producción disminuyen, paralelamente el precio de consumo se reducirá, aumentando la demanda sobre las energías renovables y sostenibles.